Palabras vacías

¿En qué momento nuestra relación cambió? ¿En qué momento se enfrió de esta manera? ¿Dónde se dio el punto de inflexión? Lo desconozco y temo en lo más profundo de mi corazón que todo acabe. Ofrecí demasiado de mi persona, buscando recibir lo mismo. Afortunadamente, por un tiempo únicamente, todo fluyó como la seda. El muchacho era amable conmigo y me trataba con la misma moneda. Pero hará cosa de unos meses, su forma de hablar cambió drásticamente. No sentía el mismo cariño en sus palabras. Y eso me frustraba. Fui engañado de una forma sutil, me dejé llevar y a penas me di cuenta de lo que estaba sucediendo.

Ya no volveré a creer en las palabras de nadie más. Jamás.

Sacrificio Navideño

Navidad.

Esa época del año en la cual la felicidad lo invade absolutamente todo. Las familias se reunen en sus casas. Familiares lejanos viajan hasta sus hogares a juntarse con sus seres más queridos. Todo felicidad. Sin embargo, en lo personal, me causa cierta animadversión ya que odio reunirme con mi familia. Ellos nunca me han tratado bien, siempre me dejaron de lado y me calificaron como la oveja negra de la familia. ¿Por qué? ¿Por ser diferente a ellos? ¿Por ser diferente a los demás? Deseaba encontrar una respuesta a todas esas interrogantes que brotaban en mi mente, mas por mucho que quisiera, no la encontraba. Y para más inri, mi actual pareja parecía que no gustaba ni a mis padres ni al resto de mis familiares. Otro asunto que no comprendía tampoco. Él es una persona completamente normal y jamás me trata mal, es más, me colma de regalos y es extremadamente atento conmigo. De ninguna de las maneras permitiría que nadie me hiciese daño. Nadie.

El Pacto

Multitud de noticias sobre los canavar llegaban a mis oídos, sin embargo, hubo una que me impactó sobremanera: un canavar fue atrapado por la policía. Mira que hay que ser estúpido para dejarse atrapar. Somos una raza superior a la humana en muchos aspectos, somos capaces de actuar sin dejar rastro alguno. No obstante, por suerte, ese individuo no se hallaba entre nosotros, fue ejecutado como era debido. En nuestro mundo no hay cabida para aquellos que cometen errores, aunque no comprendo lo que me sucedió tiempo atrás.

Recién Nacido (Parte 2)

Atravesé el portal que se había creado, mostrándome ante mis ojos un paisaje sombrío, con apenas un atisbo de luz. Criaturas como nosotros caminaban por el largo pasillo, el cual estábamos cruzando. Dichas presencias realizaban una reverencia al encontrarse con Veran. En ese momento caí en la cuenta de que debía tratarse de alguien importante entre los suyos. Por un instante me sentí estúpido. Atacar a una persona tan importante como lo era él... Sin embargo no todos poseían las mismas características que nosotros. Eran ligeramente diferentes. Algunos de ellos poseían un porte elegante y distinguido, mas no se podía comparar con el de Vera. Él era... especial.

Recién nacido (Parte 1)

Mis ojos se abrieron lentamente. Me sentía cansado, mi nublada mirada trataba de enfocar la enorme figura que se hallaba frente a mí. Mientras tanto intentaba ubicarme. La estancia en la que me encontraba se hallaba únicamente iluminada por la tenue luz de las velas, y gemidos de dolor y de agonía llegaban a mis oídos. ¿Dónde me encontraba? Por fin mi mirada logró enfocar todo aquello que me rodeaba, divisando finalmente la figura que se hallaba en la estancia. Era un ser terrorífico. Esos cuernos. Esas fauces... Todo su ser infundía pavor, incluso aquella respiración que dejaba escuchar leves gruñidos. Sin embargo parecía no tener intención alguna de hacerme daño. Traté de levantarme del suelo, mas un intenso gruñido de advertencia me lo impidió, por lo que permanecí en el mismo lugar y en la misma posición.

La Bestia

La imagen de aquel extraño ser siendo devorado cruelmente frente a mi celda me horrorizó. Mi cuerpo experimentó una inusual sensación, el nerviosismo se apoderaba de mí. El canavar me advirtió que si decía algo, la inmensa criatura que se encontraba a su espalda, vendría a por mí. De todas formas no era capaz de mencionar palabra alguna, aquella escena me dejó sin habla. Mi ser no fue capaz de soportar tal escenario y primero lo demostré vomitando. Además que no entendía cómo el canavar era capaz de sonreír de esa forma mientras era devorado vilmente, sin compasión. Era extraño. El caso es que comencé a sentir un hormigueo recorrer mis piernas, dejando paso a una frialdad en todo mi cuerpo. La vista poco a poco se iba aclarando. El repiqueteo de cadenas provenientes de aquel ser. El sonido de las joyas chocar. El desagradable sonido de la carne de aquel canavar ceder bajo los afilados dientes de la bestia. Esos sonidos cada vez se iban alejando de mis oídos. Experimenté un leve vahído, el cual acabó con la pérdida total de la consciencia. Fue demasiado para mi persona.

Finalmente libre

Mis cansados ojos se abrieron a duras penas, vislumbrando con ellos una inmaculada estancia, propia de un hospital. Escruté la habitación con los movimientos que mi dolorido cuello me permitía, percatándome de la presencia de diversas máquinas y del gotero... Cierto. Me encontraba en un hospital, no recuerdo bien la razón por la cual me hallaba en dicho lugar, reposando en una camilla. Todo el cuerpo me dolía, incluso respirar se me hacía un mundo. ¿Qué me había pasado para encontrarme así? No logro recordarlo con exactitud, todo es confuso. Fruto de la desesperación me llevé las manos a la cabeza, sintiendo dolorosas punzadas en mis extremidades, provocando que de mis labios saliera un quejido en forma de chasquido. Me hubiera gustado gritar, pero era mudo.